Recuperado de Tríptico levantamiento de la cruz
En primer lugar vamos a describir a los personajes que vemos en la imagen para
posteriormente hablar de otros rasgos y poder identificar la obra.
En primer lugar, podemos
ver que se trata de un tríptico que se divide en tres secciones, cada una
simbolizando una escena. En la sección principal aparece la crucifixión de
Cristo. Unos musculosos hombres, que se encuentran alrededor de Cristo, tratan
de levantar la cruz y el peso aparentemente insoportable de Cristo en la
cruz. Esto se refleja en la tensión que marcan los músculos de los hombres. En el
centro de la obra, se puede ver a Cristo en la cruz, con rostro de dolor y
mirando hacia arriba. Y en la parte inferior izquierda aparece un perro
contemplando la crucifixión.
En la sección del ala izquierda,
aparecen dos monarcas reales en su
nobleza que son testigos de la crucifixión de Cristo con mucho placer siniestro y una serie de
mujeres, entre ellas la Virgen María, que también se encuentran observando la
crucifixión. Sus rostros expresan el lamento, dolor, tristeza, incluso el del
bebé que aparece cogido en brazos.
En la sección del ala derecha, podemos
observar tras el primer plano ocupado por los centuriones montando a caballo que
supervisan la crucifixión, aparecen los dos ladrones judíos que serán
crucificados junto a Cristo: Uno tumbado mientras está siendo clavado a la cruz
y el otro empujado al lugar de ejecución por un legionario.
Rubens marca muy bien la anatomía
de las personas, sobre todo la de los hombres que levantan la cruz para
reflejar la tensión o del bebé que aparece en brazos, y las costillas como en
el caso del judío que está siendo empujado.
Una vez descritos los personajes
que aparecen en el tríptico, pasaremos a hablar de otros aspectos a continuación.
La iluminación es focal, con un haz de luz que ilumina dramáticamente
el cuerpo de Cristo, pero sin dejar al resto de personajes en penumbra (salvo a
los dos nobles). Esta iluminación da la sensación de palidez al cuerpo de
Cristo.
En cuanto a su composición, la obra está dominada en
el lienzo del centro por la diagonal fuertemente marcada por el cuerpo de
Cristo en la cruz, que corta el panel central y otorga sensación de movimiento
a la imagen. Esta sensación se acrecienta gracias a la tensión de los cuerpos
musculosos que presentan los hombres que tratan de erguir la cruz, ya sea
tirando de correas o con sus propios brazos y a la vegetación agitada
violentamente por el viento.
Pero en la imagen aparecen más
diagonales: la del perro en escorzo con el cuerpo de Cristo; en el ala derecha,
al estar las cabezas de las mujeres en escala, dan la sensación de otra diagonal,
paralela a la de Cristo; u otra marcada por el brazo y la cabeza del centurión
que se encuentra señalando al ladrón. A
su vez, aparecen formas sinuosas y líneas onduladas, bien conseguidas, en los
pliegues de las vestimentas.
Rubens utiliza el color dinámico y el claroscuro con
valentía. La gama cromática es muy amplia y rica, combinándose tonos cálidos
como los rojos de las vestimentas y los tonos de la carne con fríos grises y
azules vistos en la vestimenta también y en el cielo. De todas formas, al
tratarse de colores tan apagados, dan mayor sensación de dramatismo además de los
cuerpos en tensión y de los rostros tristes, abatidos
En cuanto al espacio, el pedrusco que aparece detrás de Cristo, le resta
profundidad a la obra, pero luego la vuelve a conseguir, en la sección
izquierda, dejándonos ver el cielo. Los personajes no aparecen flotando sino
que aparecen apoyados en el suelo o en unos escalones originados por la
naturaleza. De este modo, hay personajes que parecen que se salen de la imagen,
como la mujer que está amamantando al niño o el perro.
De una forma más general, podemos
el lamento y la tensión de los personajes por la crucifixión de Cristo. Es una
obra que consigue muy bien marcar la anatomía de las personas y que gracias a
ello y a las diversas diagonales consigue dar sensación de movimiento. Utiliza
colores apagados, una iluminación focal, gestos violentos… y la suma de todo
ello logra el inmenso dramatismo del que está impregnada toda la obra.
Sabiendo todo esto, podemos decir
que la imagen es el Levantamiento de la
cruz (o la erección de la Cruz), tríptico de 462 cm × 341 cm realizado por
el pintor Peter Paul Rubens (1610-1611). La obra la pintó a su regreso a
Flandes después de haber estado en Italia. De ahí su clara influencia del
Renacimiento italiano y de artistas barrocos como Miguel Ángel. Rubens realizó
un boceto preparatorio que se conserva en el Museo del Louvre donde
encontramos significativas diferencias respecto a la obra definitiva. La obra
final, pintada en óleo sobre lienzo, se encuentra en la Catedral de Nuestra
Señora en Amberes, Bélgica. Rubens
fue un pintor barroco de la escuela flamenca, por tanto, su obra se enmarca
dentro del estilo barroco. Se trata un tema religioso de una forma narrativa.
Desastre de interpretación. Los "monarcas reales" de la izquierda de "placer siniestro" son la Virgen y San Juan...
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