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27 de febrero de 2017

ANÁLISIS DE UNA OBRA

Resultado de imagen de el levantamiento de la cruz. Rubens
En primer lugar vamos a describir a los personajes que vemos en la imagen para posteriormente hablar de otros rasgos y poder identificar la obra.
En primer lugar, podemos ver que se trata de un tríptico que se divide en tres secciones, cada una simbolizando una escena. En la sección principal aparece la crucifixión de Cristo. Unos musculosos hombres, que se encuentran alrededor de Cristo, tratan de levantar la cruz y el peso aparentemente insoportable de Cristo en la cruz. Esto se refleja en la tensión que marcan los músculos de los hombres. En el centro de la obra, se puede ver a Cristo en la cruz, con rostro de dolor y mirando hacia arriba. Y en la parte inferior izquierda aparece un perro contemplando la crucifixión.
En la sección del ala izquierda, aparecen dos monarcas reales en su nobleza que son testigos de la crucifixión de Cristo con mucho placer siniestro y una serie de mujeres, entre ellas la Virgen María, que también se encuentran observando la crucifixión. Sus rostros expresan el lamento, dolor, tristeza, incluso el del bebé que aparece cogido en brazos.
En la sección del ala derecha, podemos observar tras el primer plano ocupado por los centuriones montando a caballo que supervisan la crucifixión, aparecen los dos ladrones judíos que serán crucificados junto a Cristo: Uno tumbado mientras está siendo clavado a la cruz y el otro empujado al lugar de ejecución por un legionario.
Rubens marca muy bien la anatomía de las personas, sobre todo la de los hombres que levantan la cruz para reflejar la tensión o del bebé que aparece en brazos, y las costillas como en el caso del judío que está siendo empujado.
Una vez descritos los personajes que aparecen en el tríptico, pasaremos a hablar de otros aspectos a continuación.
La iluminación es focal, con un haz de luz que ilumina dramáticamente el cuerpo de Cristo, pero sin dejar al resto de personajes en penumbra (salvo a los dos nobles). Esta iluminación da la sensación de palidez al cuerpo de Cristo.
En cuanto a su composición, la obra está dominada en el lienzo del centro por la diagonal fuertemente marcada por el cuerpo de Cristo en la cruz, que corta el panel central y otorga sensación de movimiento a la imagen. Esta sensación se acrecienta gracias a la tensión de los cuerpos musculosos que presentan los hombres que tratan de erguir la cruz, ya sea tirando de correas o con sus propios brazos y a la vegetación agitada violentamente por el viento.
Pero en la imagen aparecen más diagonales: la del perro en escorzo con el cuerpo de Cristo; en el ala derecha, al estar las cabezas de las mujeres en escala, dan la sensación de otra diagonal, paralela a la de Cristo; u otra marcada por el brazo y la cabeza del centurión que se encuentra señalando al ladrón.  A su vez, aparecen formas sinuosas y líneas onduladas, bien conseguidas, en los pliegues de las vestimentas.   
Rubens utiliza el color dinámico y el claroscuro con valentía. La gama cromática es muy amplia y rica, combinándose tonos cálidos como los rojos de las vestimentas y los tonos de la carne con fríos grises y azules vistos en la vestimenta también y en el cielo. De todas formas, al tratarse de colores tan apagados, dan mayor sensación de dramatismo además de los cuerpos en tensión y de los rostros tristes, abatidos
En cuanto al espacio, el pedrusco que aparece detrás de Cristo, le resta profundidad a la obra, pero luego la vuelve a conseguir, en la sección izquierda, dejándonos ver el cielo. Los personajes no aparecen flotando sino que aparecen apoyados en el suelo o en unos escalones originados por la naturaleza. De este modo, hay personajes que parecen que se salen de la imagen, como la mujer que está amamantando al niño o el perro.
De una forma más general, podemos el lamento y la tensión de los personajes por la crucifixión de Cristo. Es una obra que consigue muy bien marcar la anatomía de las personas y que gracias a ello y a las diversas diagonales consigue dar sensación de movimiento. Utiliza colores apagados, una iluminación focal, gestos violentos… y la suma de todo ello logra el inmenso dramatismo del que está impregnada toda la obra.

Sabiendo todo esto, podemos decir que la imagen es el Levantamiento de la cruz (o la erección de la Cruz), tríptico de 462 cm × 341 cm realizado por el pintor Peter Paul Rubens (1610-1611). La obra la pintó a su regreso a Flandes después de haber estado en Italia. De ahí su clara influencia del Renacimiento italiano y de artistas barrocos como Miguel Ángel. Rubens realizó un boceto preparatorio que se conserva en el Museo del Louvre donde encontramos significativas diferencias respecto a la obra definitiva. La obra final, pintada en óleo sobre lienzo, se encuentra en la Catedral de Nuestra Señora en Amberes, Bélgica. Rubens fue un pintor barroco de la escuela flamenca, por tanto, su obra se enmarca dentro del estilo barroco. Se trata un tema religioso de una forma narrativa. 

17 de febrero de 2017

UN POQUITO DE MÍ

¡Bienvenidos todos a mi blog!. Antes de nada, empezaré realizando una breve introducción donde me presentaré y hablaré un poco de mi, para que nos vayamos conociendo un poco más. Os comentaré acerca de mi relación con la Educación Artística, las actividades que realizaba tanto en primaria como en la Eso, la influencia por parte de mi entorno, etc. También hablaré de cómo eran los profesores que me impartieron la asignatura durante mi escolarización. 
Posteriormente, iré colgando y comentando las prácticas que realizaré en clase para que podáis verlas todos, y si os apetece comentar algo jeje. Espero que os guste y os animéis a leerlo.

Pues bien...¡¡empecemos!!

Me llamo Clara Mª Pablos García, y estoy estudiando el Grado de Maestro en Educación Primaria en Salamanca, concretamente segundo curso. Nací en Ciudad Real, una pequeña ciudad de Castilla La Mancha (y para mí, muy acogedora, no sólo por el calor, sino por la maravillosa gente que hay allí). Mis padres pidieron el traslado a Salamanca (para estar más cerca de la familia), y cuando tuve 10 años nos vinimos a vivir aquí, a Salamanca (ciudad mucho más fría ).

Allí en Ciudad Real, cursé los cursos de 1-4 de primaria y no recuerdo muy bien la asignatura de Educación Artística, pero sigo conservando algunas actividades como un dibujo de un girasol hecho con pipas, que se encuentra colgado en mi habitación de Ciudad Real. Recuerdo las manualidades que hacíamos para el día de la madre, una flor hecha con papel de seda, para el día del padre, un bonito dibujo que luego enmarcábamos ... Ya en Salamanca, la asignatura de Educación Artística estaba guiada por un cuaderno. Se trataba de muchos dibujos que tú tenias que copiar, ya sea el rostro de una persona, dibujar un frutero, o hacer sombreados (lo típico de todo libro de plástica). La profesora se limitaba a leer los enunciados de la actividad, sin explicar nada más y a calificar las actividades según su semejanza con el modelo. No me gustaba nada la asignatura, ya que no teníamos ninguna libertad en expresarnos mediante el dibujo. Además, a mí no se me da muy bien el dibujo que se diga (ya lo ireis viendo jaja) por lo que le pedía ayuda a mi madre para realizar algunas láminas.

En la ESO, tampoco tenía gran interés en Educación Artística, debido a que se basaba en proyectos en el ordenador, y no es que no me gustara usar el ordenador, todo lo contrario, me encanta, pero no le veía ningún sentido a esos trabajos ni sabía cómo se hacía ni nada.  Recuerdo bien a mi profesor de tercero de la ESO. Cómo no hacerlo si sus clases se basaban en realizar bocetos de cubos desde diferentes perspectivas. Una y otra vez. Y eso era lo mejor porque su asignatura, aparte de realizar cubos, se basaba principalmente en proyectos en el ordenador, que sinceramente no le veía ningún sentido. Él nos pasaba unas plantillas, que no recuerdo bien si las llegó a explicar, y ahí preparábamos el tema, para después presentarlo en clase. Todos estábamos un poco perdidos, pues no sabíamos exactamente qué había que hacer ni cómo. Un caos.
Se puede apreciar que la Educación Artística no ha sido para mi una bonita experiencia.

Fuera del horario escolar, no acudí a ninguna actividad extraescolar. Pero, en verano ponían siempre clases en el ayuntamiento para realizar los deberes, juegos,  manualidades... Todas mis amigas y yo siempre íbamos para hacer manualidades como un posavasos con una foto, un recipiente para las llaves, un marco de fotos, un tarro que rellenábamos con tiza de distintos colores... Ahora, somos nosotras las que vamos a veces para ayudar a los niños a los deberes, a hacer juegos, etc.

Anteriormente, mencioné que mi madre me ayudaba a realizar algunas láminas de dibujo. Pues bien, a mi madre le encanta diseñar y la costura. No se le da mal dibujar, se puede pasar horas haciendo bocetos de vestidos, camisetas... con miles de diseños. Lo mejor de todo es que muchos los lleva a la práctica. Nos ha hecho vestidos, camisetas, tops... para mi es la mejor.
Aquí os dejo una traje que creó ella para mi hermana para una boda:

 Y sí, esta es mi hermana. En estos momentos estudia diseño de moda. Le gusta mucho la moda, pintar, dibujar... pero siempre que sea por libre sin presiones y sin agobios. Podría decir que ella ha heredado la vena artística de la casa.


En un futuro, cuando yo sea docente, no me gustaría nada que los alumnos no estuvieran cómodos con mi asignatura por lo que haré todo lo posible para que le cojan el gusto a pintar, a dibujar, a realizar manualidades, a saber ver... que no se limiten a nada, que dibujen lo que quieran, ya que el dibujo es un excelente medio para expresarte, para reflejar tus emociones, tus sensaciones... Mis clases no sólo se basarán en un libro y a dibujar. Quiero que vean el sentido a las cosas, que desarrollen una actitud crítica y no asignen Educación Plástica con solo hacer dibujos. Quiero que mis clases sean dinámicas, motivadoras, que vayan los alumnos con gran entusiasmo y sobretodo, que la asignatura de Educación Plástica no se convierta en una pesadilla para ellos.